Reina Valera Gomez - Proverbios

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Proverbios 8
 
  1   ¿No clama la sabiduría, y da su voz la inteligencia?
  2   Está en las alturas junto al camino, a las encrucijadas de las veredas se pone de pie;
  3   En el lugar de las puertas, a la entrada de la ciudad, a la entrada de las puertas da voces:
  4   Oh hombres, a vosotros clamo; y mi voz se dirige a los hijos de los hombres.
  5   Entended, simples, discreción; y vosotros, necios, entrad en cordura.
  6   Oíd, porque hablaré cosas excelentes; y abriré mis labios para cosas rectas.
  7   Porque mi boca hablará verdad, y la impiedad abominan mis labios.
  8   En justicia son todas las razones de mi boca; no hay en ellas cosa perversa ni torcida.
  9   Todas ellas son rectas al que entiende, y razonables a los que han hallado sabiduría.
  10   Recibid mi enseñanza, y no plata; y entendimiento antes que el oro escogido.
  11   Porque mejor es la sabiduría que las piedras preciosas; y todas las cosas que se pueden desear, no son de comparar con ella.
  12   Yo, la sabiduría, habito con la prudencia, y hallo el conocimiento en los consejos.
  13   El temor de Jehová es aborrecer el mal; la soberbia y la arrogancia, el mal camino, y la boca perversa aborrezco.
  14   Conmigo está el consejo y la sana sabiduría; yo soy la inteligencia; mía es la fortaleza.
  15   Por mí reinan los reyes, y los príncipes determinan justicia.
  16   Por mí dominan los príncipes, y todos los gobernadores juzgan la tierra.
  17   Yo amo a los que me aman; y me hallan los que temprano me buscan.
  18   Las riquezas y la honra están conmigo; riquezas duraderas, y justicia.
  19   Mejor es mi fruto que el oro, y que el oro refinado; y mi rédito mejor que la plata escogida.
  20   Por vereda de justicia guiaré, por en medio de sendas de juicio;
  21   Para hacer que los que me aman, hereden hacienda, y yo llenaré sus tesoros.
  22   Jehová me poseía en el principio de su camino, ya de antiguo, antes de sus obras.
  23   Desde la eternidad tuve el principado, desde el principio, antes de la tierra.
  24   Antes de los abismos fui engendrada; antes que fuesen las fuentes de las muchas aguas.
  25   Antes que los montes fuesen fundados, antes de los collados, era yo engendrada:
  26   No había aún hecho la tierra, ni los campos, ni el principio del polvo del mundo.
  27   Cuando formó los cielos, allí estaba yo; cuando trazó un círculo sobre la faz del abismo;
  28   cuando estableció los cielos arriba, cuando afirmó las fuentes del abismo;
  29   cuando al mar puso sus límites, para que las aguas no pasasen su mandamiento; cuando estableció los fundamentos de la tierra;
  30   Yo estaba con Él, ordenándolo todo; y era su delicia de día en día, regocijándome delante de Él en todo tiempo;
  31   regocijándome en la parte habitable de su tierra; teniendo mis delicias con los hijos de los hombres.
  32   Ahora pues, hijos, oídme; y bienaventurados los que guardaren mis caminos.
  33   Atended el consejo, y sed sabios, y no lo menospreciéis.
  34   Bienaventurado el hombre que me oye, velando a mis puertas cada día, aguardando a los umbrales de mis puertas.
  35   Porque el que me hallare, hallará la vida, y alcanzará el favor de Jehová.
  36   Mas el que peca contra mí, defrauda su alma: Todos los que me aborrecen, aman la muerte.

 
Proverbios 2
 
  1   Hijo mío, si recibieres mis palabras, y mis mandamientos atesorares dentro de ti,
  2   de manera que inclines tu oído a la sabiduría, y apliques tu corazón a la prudencia;
  3   Si clamares a la inteligencia, y a la prudencia alzares tu voz;
  4   Si como a la plata la buscares, y la procurares como a tesoros escondidos;
  5   Entonces entenderás el temor de Jehová, y hallarás el conocimiento de Dios.
  6   Porque Jehová da la sabiduría, y de su boca viene el conocimiento y la inteligencia.
  7   Él reserva la sana sabiduría para los rectos; es escudo a los que caminan rectamente.
  8   Él guarda las veredas del juicio, y preserva el camino de sus santos.
  9   Entonces entenderás justicia, juicio, y equidad, y todo buen camino.
  10   Cuando la sabiduría entrare en tu corazón, y el conocimiento fuere dulce a tu alma,
  11   la discreción te guardará, te preservará la inteligencia,
  12   para librarte del mal camino, de los hombres que hablan perversidades;
  13   que dejan las sendas derechas, por andar en caminos tenebrosos;
  14   que se alegran haciendo el mal, que se deleitan en las perversidades del vicio;
  15   cuyas veredas son torcidas, y torcidos sus caminos.
  16   Para librarte de la mujer extraña, de la ajena que halaga con sus palabras;
  17   que abandona al compañero de su juventud, y se olvida del pacto de su Dios.
  18   Por lo cual su casa está inclinada a la muerte, y sus veredas hacia los muertos.
  19   Todos los que a ella entraren, no volverán, ni tomarán los senderos de la vida.
  20   Para que andes por el camino de los buenos, y guardes las sendas de los justos.
  21   Porque los rectos habitarán la tierra, y los perfectos permanecerán en ella;
  22   mas los impíos serán cortados de la tierra, y los prevaricadores serán desarraigados de ella.

 
Proverbios 3
 
  1   Hijo mío, no te olvides de mi ley, y tu corazón guarde mis mandamientos;
  2   Porque largura de días, y años de vida y paz te añadirán.
  3   Misericordia y verdad no se aparten de ti; átalas a tu cuello, escríbelas en la tabla de tu corazón;
  4   y hallarás gracia y buena opinión ante los ojos de Dios y de los hombres.
  5   Fíate de Jehová de todo tu corazón, y no estribes en tu propia prudencia.
  6   Reconócelo en todos tus caminos, y Él enderezará tus veredas.
  7   No seas sabio en tu propia opinión: Teme a Jehová, y apártate del mal;
  8   Porque será medicina a tu ombligo, y tuétano a tus huesos.
  9   Honra a Jehová con tu sustancia, y con las primicias de todos tus frutos;
  10   y serán llenos tus graneros con abundancia, y tus lagares rebosarán de mosto.
  11   No deseches, hijo mío, el castigo de Jehová; ni te fatigues de su corrección;
  12   porque Jehová al que ama castiga, como el padre al hijo a quien quiere.
  13   Bienaventurado el hombre que halla la sabiduría, y que obtiene la inteligencia;
  14   porque su mercadería es mejor que la mercadería de la plata, y sus frutos más que el oro fino.
  15   Más preciosa es que las piedras preciosas; y todo lo que puedes desear, no se puede comparar a ella.
  16   Largura de días está en su mano derecha; en su izquierda riquezas y honra.
  17   Sus caminos son caminos deleitosos, y todas sus veredas paz.
  18   Ella es árbol de vida a los que la abrazan, y bienaventurados son los que la retienen.
  19   Jehová con sabiduría fundó la tierra; afirmó los cielos con inteligencia.
  20   Por su inteligencia los abismos fueron divididos, y los cielos destilan rocío.
  21   Hijo mío, no se aparten estas cosas de tus ojos; guarda la sabiduría y el consejo;
  22   Y serán vida a tu alma, y gracia a tu cuello.
  23   Entonces andarás por tu camino confiadamente, y tu pie no tropezará.
  24   Cuando te acuestes, no tendrás temor; sino que te acostarás, y será dulce tu sueño.
  25   No tendrás temor de pavor repentino, ni de la ruina de los impíos cuando viniere:
  26   Porque Jehová será tu confianza, y Él preservará tu pie de ser preso.
  27   No detengas el bien de aquél a quien es debido, cuando tuvieres poder para hacerlo.
  28   No digas a tu prójimo: Ve, y vuelve, y mañana te daré; cuando tienes contigo qué darle.
  29   No intentes mal contra tu prójimo, estando él confiado de ti.
  30   No pleitees con alguno sin razón, si él no te ha hecho agravio.
  31   No envidies al hombre injusto, ni escojas ninguno de sus caminos.
  32   Porque el perverso es abominación a Jehová; mas su comunión íntima es con los rectos.
  33   La maldición de Jehová está en la casa del impío; mas Él bendice el hogar del justo.
  34   Ciertamente Él escarnece a los escarnecedores, y a los humildes da gracia.
  35   Los sabios heredarán honra; mas los necios llevarán ignominia.

 
Proverbios 4
 
  1   Oíd, hijos, la instrucción de un padre, y estad atentos, para que conozcáis cordura.
  2   Porque os doy buena enseñanza; no desamparéis mi ley.
  3   Porque yo fui hijo para mi padre, delicado y único a los ojos de mi madre.
  4   Y él me enseñaba, y me decía: Retenga tu corazón mis palabras, guarda mis mandamientos, y vivirás.
  5   Adquiere sabiduría, adquiere inteligencia; no te olvides ni te apartes de las palabras de mi boca:
  6   No la dejes, y ella te guardará; ámala, y ella te conservará.
  7   Sabiduría ante todo; adquiere sabiduría; y con toda tu posesión adquiere inteligencia.
  8   Engrandécela, y ella te engrandecerá; ella te honrará, cuando tú la hubieres abrazado.
  9   Adorno de gracia dará a tu cabeza; corona de hermosura te entregará.
  10   Oye, hijo mío, y recibe mis razones, y se te multiplicarán años de vida.
  11   Por el camino de la sabiduría te he encaminado, y por veredas derechas te he hecho andar.
  12   Cuando anduvieres no se estrecharán tus pasos; y si corrieres, no tropezarás.
  13   Retén la instrucción, no la dejes; guárdala, porque ella es tu vida.
  14   No entres en la senda de los impíos, ni vayas por el camino de los malos.
  15   Déjala, no pases por ella; apártate de ella, sigue adelante.
  16   Porque no duermen ellos, si no han hecho mal, y pierden su sueño, si no han hecho caer a alguno.
  17   Porque comen pan de maldad, y beben vino de violencia.
  18   Mas la senda de los justos es como la luz de la aurora, que va en aumento hasta que el día es perfecto.
  19   El camino de los impíos es como la oscuridad; no saben en qué tropiezan.
  20   Hijo mío, está atento a mis palabras; inclina tu oído a mis razones.
  21   No se aparten de tus ojos; guárdalas en medio de tu corazón.
  22   Porque son vida a los que las hallan, y medicina a todo su cuerpo.
  23   Sobre toda cosa guardada guarda tu corazón; porque de él mana la vida.
  24   Aparta de ti la perversidad de la boca, y aleja de ti los labios inicuos.
  25   Tus ojos miren lo recto, y tus párpados vean derecho delante de ti.
  26   Examina la senda de tus pies, y todos tus caminos sean ordenados.
  27   No te apartes a derecha, ni a izquierda; aparta tu pie del mal.

 
Proverbios 5
 
  1   Hijo mío, está atento a mi sabiduría, y a mi inteligencia inclina tu oído;
  2   para que guardes consejo, y tus labios conserven el conocimiento.
  3   Porque los labios de la mujer extraña destilan miel, y su paladar es más suave que el aceite;
  4   pero su fin es amargo como el ajenjo, agudo como espada de dos filos.
  5   Sus pies descienden a la muerte, sus pasos conducen al infierno.
  6   Sus caminos son inestables; no los conocerás, si no considerares el camino de vida.
  7   Ahora pues, hijos, oídme, y no os apartéis de las razones de mi boca.
  8   Aleja de ella tu camino, y no te acerques a la puerta de su casa;
  9   para que no des a los extraños tu honor, y tus años al cruel;
  10   para que los extraños no se sacien de tu fuerza, y tus trabajos estén en casa del extraño;
  11   y gimas en tus postrimerías, cuando se consumiere tu carne y tu cuerpo,
  12   y digas: ¡Cómo aborrecí el consejo, y mi corazón menospreció la reprensión;
  13   y no oí la voz de los que me instruían, y a los que me enseñaban no incliné mi oído!
  14   Casi en todo mal he estado, en medio de la sociedad y de la congregación.
  15   Bebe el agua de tu cisterna, y los raudales de tu propio pozo.
  16   Derrámense afuera tus fuentes, y tus corrientes de aguas por las calles.
  17   Sean para ti solo, y no para los extraños contigo.
  18   Sea bendito tu manantial; y alégrate con la esposa de tu juventud.
  19   Como cierva amada y graciosa gacela, sus pechos te satisfagan en todo tiempo; y en su amor recréate siempre.
  20   ¿Y por qué, hijo mío, andarás ciego con la mujer ajena, y abrazarás el seno de la extraña?
  21   Pues que los caminos del hombre están ante los ojos de Jehová, y Él considera todas sus veredas.
  22   Prenderán al impío sus propias iniquidades, y detenido será con las cuerdas de su pecado;
  23   él morirá por falta de corrección; y errará por la grandeza de su locura.

 
Proverbios 6
 
  1   Hijo mío, si salieres fiador por tu amigo, si estrechaste tu mano por el extraño,
  2   enlazado eres con las palabras de tu boca, y preso con las razones de tu boca.
  3   Haz esto ahora, hijo mío, y líbrate, ya que has caído en la mano de tu prójimo; ve, humíllate, y asegúrate de tu amigo.
  4   No des sueño a tus ojos, ni a tus párpados adormecimiento.
  5   Escápate como el corzo de la mano del cazador, y como el ave de la mano del parancero.
  6   Ve a la hormiga, oh perezoso, mira sus caminos, y sé sabio;
  7   la cual no teniendo capitán, ni gobernador, ni señor,
  8   prepara en el verano su comida y recoge en el tiempo de la siega su mantenimiento.
  9   Perezoso, ¿hasta cuándo has de dormir? ¿Cuándo te levantarás de tu sueño?
  10   Un poco de sueño, un poco de dormitar, y cruzar por un poco las manos para reposo:
  11   Así vendrá tu necesidad como caminante, y tu pobreza como hombre armado.
  12   El hombre malo, el hombre depravado, anda con perversidad de boca;
  13   Guiña con sus ojos, habla con sus pies, hace señas con sus dedos;
  14   Perversidades hay en su corazón, continuamente trama el mal, y siembra discordia.
  15   Por tanto su calamidad vendrá de repente; súbitamente será quebrantado, y no habrá remedio.
  16   Seis cosas aborrece Jehová, y aun siete abomina su alma:
  17   Los ojos altivos, la lengua mentirosa, las manos derramadoras de sangre inocente,
  18   el corazón que maquina pensamientos inicuos, los pies presurosos para correr al mal,
  19   el testigo falso que habla mentiras, y el que siembra discordia entre los hermanos.
  20   Guarda, hijo mío, el mandamiento de tu padre, y no dejes la ley de tu madre:
  21   Átalos siempre en tu corazón, enlázalos a tu cuello.
  22   Te guiarán cuando anduvieres; cuando durmieres, te guardarán; hablarán contigo cuando despertares.
  23   Porque el mandamiento es antorcha, y la enseñanza es luz; y camino de vida las reprensiones de la instrucción;
  24   para que te guarden de la mala mujer, de la blandura de la lengua de la mujer extraña.
  25   No codicies su hermosura en tu corazón, ni ella te prenda con sus ojos;
  26   porque a causa de la mujer ramera el hombre es reducido a un bocado de pan; y la mujer adúltera caza la preciosa alma del varón.
  27   ¿Tomará el hombre fuego en su seno, sin que su vestidura se queme?
  28   ¿Andará el hombre sobre brasas, sin que se quemen sus pies?
  29   Así el que entrare a la esposa de su prójimo; no será sin culpa cualquiera que la tocare.
  30   No tienen en poco al ladrón, aunque hurte para saciar su alma cuando tiene hambre;
  31   pero si es sorprendido, pagará siete tantos, y dará toda la sustancia de su casa.
  32   Mas el que comete adulterio con la mujer, es falto de entendimiento; corrompe su alma el que tal hace.
  33   Plaga y vergüenza hallará; y su afrenta nunca será borrada.
  34   Porque los celos son el furor del hombre, y no perdonará en el día de la venganza.
  35   No aceptará ninguna restitución; ni querrá perdonar, aunque multipliques los dones.

 
Proverbios 7
 
  1   Hijo mío, guarda mis razones, y atesora contigo mis mandamientos.
  2   Guarda mis mandamientos, y vivirás, y mi ley como las niñas de tus ojos.
  3   Lígalos a tus dedos; escríbelos en la tabla de tu corazón.
  4   Di a la sabiduría: Tú eres mi hermana; y a la inteligencia llama parienta;
  5   para que te guarden de la mujer ajena, y de la extraña que ablanda sus palabras.
  6   Porque mirando yo por la ventana de mi casa, por mi celosía,
  7   vi entre los simples, consideré entre los jóvenes, a un joven falto de entendimiento,
  8   el cual pasaba por la calle, junto a la esquina de aquella, e iba camino de su casa,
  9   Al atardecer, ya que anochecía, en la oscuridad y tinieblas de la noche.
  10   Y he aquí, una mujer le sale al encuentro, con atavío de ramera y astuta de corazón,
  11   alborotadora y rencillosa, sus pies no pueden estar en casa;
  12   unas veces está afuera, otras veces en las plazas, acechando por todas las esquinas.
  13   Y trabó de él, y lo besó; y con descaro le dijo:
  14   Sacrificios de paz había prometido; hoy he pagado mis votos;
  15   por tanto, he salido a encontrarte, buscando diligentemente tu rostro, y te he hallado.
  16   Con adornos he ataviado mi cama, recamados con cordoncillo de Egipto.
  17   He perfumado mi cámara con mirra, áloes y canela.
  18   Ven, embriaguémonos de amores hasta la mañana; alegrémonos en amores.
  19   Porque mi marido no está en casa, se ha ido a un largo viaje;
  20   la bolsa de dinero llevó en su mano; el día señalado volverá a su casa.
  21   Lo rindió con sus muchas palabras suaves, lo sedujo con la zalamería de sus labios.
  22   Se fue en pos de ella luego, como va el buey al degolladero, o como el necio a las prisiones para ser castigado;
  23   como el ave que se apresura a la red, y no sabe que es contra su vida, hasta que la saeta traspasa su hígado.
  24   Ahora pues, hijos, oídme, y estad atentos a las palabras de mi boca.
  25   No se aparte tu corazón a sus caminos; no yerres en sus veredas.
  26   Porque a muchos ha hecho caer heridos; y aun los hombres más fuertes han sido muertos por ella.
  27   Camino al infierno es su casa, que desciende a las cámaras de la muerte.

 
Proverbios 8
 
  1   ¿No clama la sabiduría, y da su voz la inteligencia?
  2   Está en las alturas junto al camino, a las encrucijadas de las veredas se pone de pie;
  3   En el lugar de las puertas, a la entrada de la ciudad, a la entrada de las puertas da voces:
  4   Oh hombres, a vosotros clamo; y mi voz se dirige a los hijos de los hombres.
  5   Entended, simples, discreción; y vosotros, necios, entrad en cordura.
  6   Oíd, porque hablaré cosas excelentes; y abriré mis labios para cosas rectas.
  7   Porque mi boca hablará verdad, y la impiedad abominan mis labios.
  8   En justicia son todas las razones de mi boca; no hay en ellas cosa perversa ni torcida.
  9   Todas ellas son rectas al que entiende, y razonables a los que han hallado sabiduría.
  10   Recibid mi enseñanza, y no plata; y entendimiento antes que el oro escogido.
  11   Porque mejor es la sabiduría que las piedras preciosas; y todas las cosas que se pueden desear, no son de comparar con ella.
  12   Yo, la sabiduría, habito con la prudencia, y hallo el conocimiento en los consejos.
  13   El temor de Jehová es aborrecer el mal; la soberbia y la arrogancia, el mal camino, y la boca perversa aborrezco.
  14   Conmigo está el consejo y la sana sabiduría; yo soy la inteligencia; mía es la fortaleza.
  15   Por mí reinan los reyes, y los príncipes determinan justicia.
  16   Por mí dominan los príncipes, y todos los gobernadores juzgan la tierra.
  17   Yo amo a los que me aman; y me hallan los que temprano me buscan.
  18   Las riquezas y la honra están conmigo; riquezas duraderas, y justicia.
  19   Mejor es mi fruto que el oro, y que el oro refinado; y mi rédito mejor que la plata escogida.
  20   Por vereda de justicia guiaré, por en medio de sendas de juicio;
  21   Para hacer que los que me aman, hereden hacienda, y yo llenaré sus tesoros.
  22   Jehová me poseía en el principio de su camino, ya de antiguo, antes de sus obras.
  23   Desde la eternidad tuve el principado, desde el principio, antes de la tierra.
  24   Antes de los abismos fui engendrada; antes que fuesen las fuentes de las muchas aguas.
  25   Antes que los montes fuesen fundados, antes de los collados, era yo engendrada:
  26   No había aún hecho la tierra, ni los campos, ni el principio del polvo del mundo.
  27   Cuando formó los cielos, allí estaba yo; cuando trazó un círculo sobre la faz del abismo;
  28   cuando estableció los cielos arriba, cuando afirmó las fuentes del abismo;
  29   cuando al mar puso sus límites, para que las aguas no pasasen su mandamiento; cuando estableció los fundamentos de la tierra;
  30   Yo estaba con Él, ordenándolo todo; y era su delicia de día en día, regocijándome delante de Él en todo tiempo;
  31   regocijándome en la parte habitable de su tierra; teniendo mis delicias con los hijos de los hombres.
  32   Ahora pues, hijos, oídme; y bienaventurados los que guardaren mis caminos.
  33   Atended el consejo, y sed sabios, y no lo menospreciéis.
  34   Bienaventurado el hombre que me oye, velando a mis puertas cada día, aguardando a los umbrales de mis puertas.
  35   Porque el que me hallare, hallará la vida, y alcanzará el favor de Jehová.
  36   Mas el que peca contra mí, defrauda su alma: Todos los que me aborrecen, aman la muerte.

 
Proverbios 9
 
  1   La sabiduría edificó su casa, labró sus siete columnas;
  2   mató sus víctimas, mezcló su vino, y puso su mesa.
  3   Envió sus criadas; sobre lo más alto de la ciudad clamó:
  4   Quien sea simple, venga acá. A los faltos de cordura dice:
  5   Venid, comed mi pan, y bebed del vino que yo he mezclado.
  6   Dejad las simplezas, y vivid; y andad por el camino de la inteligencia.
  7   El que corrige al escarnecedor, se acarrea afrenta: El que reprende al impío, se atrae mancha.
  8   No reprendas al escarnecedor, para que no te aborrezca; corrige al sabio, y te amará.
  9   Da consejo al sabio, y será más sabio; enseña al justo, y aumentará su saber.
  10   El principio de la sabiduría es el temor de Jehová; y el conocimiento del Santo es la inteligencia.
  11   Porque por mí se aumentarán tus días, y años de vida se te añadirán.
  12   Si fueres sabio, para ti lo serás; mas si fueres escarnecedor, pagarás tú solo.
  13   La mujer insensata es alborotadora; es simple e ignorante.
  14   Se sienta en una silla a la puerta de su casa, en los lugares altos de la ciudad,
  15   para llamar a los que pasan por el camino, que van por sus caminos derechos.
  16   Dice al que es simple: Ven acá. A los faltos de cordura, dice:
  17   Las aguas hurtadas son dulces, y el pan comido en oculto es sabroso.
  18   Y no saben que allí están los muertos; que sus convidados están en lo profundo del infierno.

 
Proverbios 10
 
  1   Los proverbios de Salomón. El hijo sabio alegra al padre; pero el hijo necio es tristeza de su madre.
  2   Los tesoros de maldad no serán de provecho; mas la justicia libra de muerte.
  3   Jehová no dejará padecer hambre al alma del justo; mas arrojará la sustancia de los impíos.
  4   La mano negligente hace pobre; mas la mano de los diligentes enriquece.
  5   El que recoge en el estío es hombre entendido; el que duerme en el tiempo de la siega es hijo que avergüenza.
  6   Bendiciones sobre la cabeza del justo; pero violencia cubrirá la boca de los impíos.
  7   La memoria del justo será bendita; mas el nombre de los impíos se pudrirá.
  8   El sabio de corazón recibirá los mandamientos; mas el necio de labios caerá.
  9   El que camina en integridad, anda confiado; mas el que pervierte sus caminos, será descubierto.
  10   El que guiña el ojo acarrea tristeza; y el necio de labios será castigado.
  11   Manantial de vida es la boca del justo; pero violencia cubrirá la boca de los impíos.
  12   El odio despierta rencillas; pero el amor cubrirá todas las faltas.
  13   En los labios del prudente se halla sabiduría; mas la vara es para la espalda del falto de entendimiento.
  14   Los sabios atesoran la sabiduría; mas la boca del necio es calamidad cercana.
  15   Las riquezas del rico son su ciudad fuerte; y la ruina de los pobres es su pobreza.
  16   La obra del justo es para vida; mas el fruto del impío es para pecado.
  17   Camino a la vida es guardar la instrucción; pero el que rechaza la reprensión, yerra.
  18   El que encubre el odio es de labios mentirosos; y el que propaga calumnia es necio.
  19   En las muchas palabras no falta pecado; mas el que refrena sus labios es prudente.
  20   Plata escogida es la lengua del justo; mas el entendimiento de los impíos es como nada.
  21   Los labios del justo alimentan a muchos; mas los necios mueren por falta de entendimiento.
  22   La bendición de Jehová es la que enriquece, y no añade tristeza con ella.
  23   Hacer maldad es como diversión al insensato; pero el hombre entendido tiene sabiduría.
  24   Lo que el impío teme, eso le vendrá; mas a los justos les será dado lo que desean.
  25   Como pasa el torbellino, así el malo no permanece; mas el justo está fundado para siempre.
  26   Como el vinagre a los dientes, y como el humo a los ojos, así es el perezoso a los que lo envían.
  27   El temor de Jehová aumentará los días; pero los años de los impíos serán acortados.
  28   La esperanza de los justos es alegría; mas la esperanza de los impíos perecerá.
  29   El camino de Jehová es fortaleza al íntegro; pero es destrucción a los que hacen iniquidad.
  30   El justo jamás será removido; mas los impíos no habitarán la tierra.
  31   La boca del justo producirá sabiduría; mas la lengua perversa será cortada.
  32   Los labios del justo saben lo que agrada; mas la boca de los impíos habla perversidades.

 
Proverbios 11
 
  1   El peso falso abominación es a Jehová; mas la pesa cabal le agrada.
  2   Cuando viene la soberbia, viene también la deshonra; mas con los humildes es la sabiduría.
  3   La integridad guiará a los rectos; mas a los pecadores los destruirá su perversidad.
  4   No aprovecharán las riquezas en el día de la ira; mas la justicia librará de muerte.
  5   La justicia del perfecto enderezará su camino; mas el impío por su impiedad caerá.
  6   La justicia de los rectos los librará; mas los pecadores en su pecado serán presos.
  7   Cuando muere el hombre impío, perece su esperanza; y la expectativa de los malos perecerá.
  8   El justo es librado de la tribulación, y el impío viene en lugar suyo.
  9   El hipócrita con la boca daña a su prójimo; mas los justos son librados con la sabiduría.
  10   En el bien de los justos la ciudad se alegra; mas cuando los impíos perecen, hay fiesta.
  11   Por la bendición de los rectos la ciudad es engrandecida; mas por la boca de los impíos es trastornada.
  12   El que carece de entendimiento, menosprecia a su prójimo; mas el hombre prudente calla.
  13   El que anda en chismes, descubre el secreto, mas el de espíritu fiel cubre el asunto.
  14   Donde no hay consejo, el pueblo cae, mas en la multitud de consejeros hay seguridad.
  15   Con ansiedad será afligido el que sale por fiador del extraño; mas el que aborreciere las fianzas vivirá confiado.
  16   La mujer agraciada tendrá honra, y los fuertes tendrán riquezas.
  17   El hombre misericordioso hace bien a su propia alma; mas el cruel se atormenta a sí mismo.
  18   El impío hace obra falsa; mas el que siembra justicia, tendrá galardón seguro.
  19   Como la justicia es para vida, así el que sigue el mal es para su muerte.
  20   Abominación son a Jehová los perversos de corazón; mas los íntegros de camino le son agradables.
  21   Aunque llegue la mano a la mano, el malo no quedará sin castigo; mas la simiente de los justos escapará.
  22   Como zarcillo de oro en la nariz de un cerdo, es la mujer hermosa y apartada de razón.
  23   El deseo de los justos es solamente el bien; mas la esperanza de los impíos es el enojo.
  24   Hay quienes reparten, y les es añadido más; y hay quienes son escasos más de lo que es justo, pero vienen a pobreza.
  25   El alma liberal será engordada; y el que saciare, él también será saciado.
  26   Al que retiene el grano, el pueblo lo maldecirá; mas bendición será sobre la cabeza del que lo vende.
  27   El que procura el bien buscará favor; mas el que busca el mal, éste le vendrá.
  28   El que confía en sus riquezas, caerá; mas los justos reverdecerán como ramas.
  29   El que turba su casa heredará viento; y el necio será siervo del sabio de corazón.
  30   El fruto del justo es árbol de vida; y el que gana almas es sabio.
  31   Ciertamente el justo será recompensado en la tierra: ¡Cuánto más el impío y el pecador!

 
Proverbios 12
 
  1   El que ama la instrucción ama la sabiduría; mas el que aborrece la reprensión, es ignorante.
  2   El bueno alcanzará favor de Jehová; mas Él condenará al hombre de malos pensamientos.
  3   El hombre no se afirmará por medio de la impiedad; mas la raíz de los justos no será removida.
  4   La mujer virtuosa corona es de su marido; mas la mala, es como carcoma en sus huesos.
  5   Los pensamientos de los justos son rectitud; mas los consejos de los impíos, engaño.
  6   Las palabras de los impíos son para acechar la sangre; mas la boca de los rectos los librará.
  7   Trastornados son los impíos, y no serán más; mas la casa de los justos permanecerá.
  8   Según su sabiduría es alabado el hombre; mas el perverso de corazón será menospreciado.
  9   Mejor es el que es menospreciado y tiene servidores, que el que se jacta, y carece de pan.
  10   El justo atiende a la vida de su bestia; mas las entrañas de los impíos son crueles.
  11   El que labra su tierra, se saciará de pan; mas el que sigue a los vagabundos es falto de entendimiento.
  12   Desea el impío la red de los malos; mas la raíz de los justos dará fruto.
  13   El impío es enredado en la prevaricación de sus labios; mas el justo saldrá de la tribulación.
  14   El hombre será saciado de bien del fruto de su boca; y la paga de las manos del hombre le será dada.
  15   El camino del necio es derecho en su opinión; mas el que obedece al consejo es sabio.
  16   El necio al punto da a conocer su ira: Mas el que disimula la injuria es prudente.
  17   El que habla verdad, declara justicia; mas el testigo mentiroso, engaño.
  18   Hay quienes hablan como dando estocadas de espada; mas la lengua de los sabios es medicina.
  19   El labio veraz permanecerá para siempre; mas la lengua de mentira sólo por un momento.
  20   Engaño hay en el corazón de los que piensan el mal; pero alegría en el de los que piensan el bien.
  21   Ninguna adversidad acontecerá al justo; mas los impíos serán llenos de males.
  22   Los labios mentirosos son abominación a Jehová; mas los obradores de verdad son su contentamiento.
  23   El hombre cuerdo encubre su conocimiento; mas el corazón de los necios publica su necedad.
  24   La mano de los diligentes señoreará; mas la negligencia será tributaria.
  25   La congoja en el corazón del hombre lo abate; mas la buena palabra lo alegra.
  26   El justo es guía a su prójimo; mas el camino de los impíos les hace errar.
  27   El indolente no asará su caza; mas haber precioso del hombre es la diligencia.
  28   En el camino de la justicia está la vida; y en su sendero no hay muerte.

 
Proverbios 13
 
  1   El hijo sabio escucha el consejo de su padre; mas el burlador no escucha la reprensión.
  2   Del fruto de su boca el hombre comerá el bien; mas el alma de los prevaricadores comerá el mal.
  3   El que guarda su boca guarda su alma; mas el que mucho abre sus labios tendrá calamidad.
  4   El alma del perezoso desea, y nada alcanza; mas el alma de los diligentes será engordada.
  5   El justo aborrece la palabra de mentira; mas el impío se hace odioso e infame.
  6   La justicia guarda al de perfecto camino; mas la impiedad trastornará al pecador.
  7   Hay quienes pretenden ser ricos, y no tienen nada; y hay quienes aparentan ser pobres, y tienen muchas riquezas.
  8   El rescate de la vida del hombre son sus riquezas; pero el pobre no oye censuras.
  9   La luz de los justos se alegrará; mas la lámpara de los impíos será apagada.
  10   Sólo por la soberbia viene la contienda; mas con los avisados está la sabiduría.
  11   Las riquezas de vanidad disminuirán; mas el que las acumula por mano laboriosa las aumentará.
  12   La esperanza que se demora, es tormento del corazón; mas árbol de vida es el deseo cumplido.
  13   El que menosprecia la palabra, perecerá por ello; mas el que teme el mandamiento, será recompensado.
  14   La ley del sabio es manantial de vida, para apartarse de los lazos de la muerte.
  15   El buen entendimiento da gracia; mas el camino de los trasgresores es duro.
  16   Todo hombre prudente se conduce con sabiduría; mas el necio manifestará necedad.
  17   El mal mensajero caerá en el mal; mas el fiel embajador es salud.
  18   Pobreza y vergüenza tendrá el que menosprecia el consejo; mas el que guarda la corrección, será honrado.
  19   El deseo cumplido endulza el alma; pero apartarse del mal es abominación a los necios.
  20   El que anda con sabios, sabio será; mas el que se junta con necios, será quebrantado.
  21   Mal perseguirá a los pecadores; mas a los justos el bien les será retribuido.
  22   El hombre bueno dejará herederos a los hijos de sus hijos; y la riqueza del pecador, para el justo está guardada.
  23   En el barbecho de los pobres hay mucho pan; mas se pierde por falta de juicio.
  24   El que detiene el castigo, a su hijo aborrece; mas el que lo ama, temprano lo corrige.
  25   El justo come hasta saciar su alma; mas el vientre de los impíos tendrá necesidad.

 
Proverbios 14
 
  1   La mujer sabia edifica su casa: Mas la necia con sus manos la derriba.
  2   El que camina en su rectitud teme a Jehová; mas el que es perverso en sus caminos lo menosprecia.
  3   En la boca del necio está la vara de la soberbia; mas los labios de los sabios los guardarán.
  4   Sin bueyes el granero está limpio; mas por la fuerza del buey hay abundancia de pan.
  5   El testigo verdadero no mentirá; mas el testigo falso hablará mentiras.
  6   Busca el escarnecedor la sabiduría, y no la halla; mas al hombre entendido la sabiduría le es fácil.
  7   Vete de delante del hombre necio, cuando veas que no hay en él labios de entendimiento.
  8   La sabiduría del prudente está en entender su camino; mas la indiscreción de los necios es engaño.
  9   Los necios se mofan del pecado; mas entre los rectos hay favor.
  10   El corazón conoce la amargura de su alma; y extraño no se entrometerá en su alegría.
  11   La casa de los impíos será asolada: Mas florecerá la tienda de los rectos.
  12   Hay camino que al hombre le parece derecho; pero su fin es camino de muerte.
  13   Aun en la risa tendrá dolor el corazón; y el término de la alegría es congoja.
  14   El de corazón descarriado será hastiado de sus caminos; y el hombre de bien estará contento del suyo.
  15   El simple cree a toda palabra; mas el prudente mira bien sus pasos.
  16   El sabio teme y se aparta del mal: Mas el necio se muestra arrogante y confiado.
  17   El que presto se enoja, hará locuras; y el hombre de malos designios será aborrecido.
  18   Los simples heredarán necedad; mas los prudentes se coronarán de sabiduría.
  19   Los malos se inclinarán delante de los buenos, y los impíos a las puertas del justo.
  20   El pobre es odiado aun por su vecino; pero muchos son los amigos del rico.
  21   Peca el que menosprecia a su prójimo; mas el que tiene misericordia de los pobres, es bienaventurado.
  22   ¿No yerran los que piensan mal? Pero misericordia y verdad alcanzarán los que piensan el bien.
  23   En toda labor hay fruto; mas la palabra sólo de labios empobrece.
  24   Las riquezas de los sabios son su corona; mas es infatuación la insensatez de los necios.
  25   El testigo verdadero libra las almas; mas el engañoso hablará mentiras.
  26   En el temor de Jehová está la fuerte confianza; y sus hijos tendrán lugar de refugio.
  27   El temor de Jehová es manantial de vida, para apartarse de los lazos de la muerte.
  28   En la multitud de pueblo está la gloria del rey; y en la falta de pueblo la debilidad del príncipe.
  29   El que tarda en airarse, es grande de entendimiento; mas el impaciente de espíritu enaltece la necedad.
  30   El corazón apacible es vida de la carne; mas la envidia, es carcoma de los huesos.
  31   El que oprime al pobre, afrenta a su Hacedor; mas el que tiene misericordia del pobre, lo honra.
  32   Por su maldad será lanzado el impío; mas el justo en su muerte tiene esperanza.
  33   En el corazón del prudente reposa la sabiduría; mas aquello que está entre los necios, se da a conocer.
  34   La justicia engrandece a la nación; mas el pecado es afrenta de las naciones.
  35   La benevolencia del rey es para con el siervo entendido; mas su enojo contra el que lo avergüenza.

 
Proverbios 15
 
  1   La suave respuesta quita la ira; mas la palabra áspera hace subir el furor.
  2   La lengua de los sabios adornará la sabiduría; mas la boca de los necios hablará sandeces.
  3   Los ojos de Jehová están en todo lugar, mirando a los malos y a los buenos.
  4   La lengua sana es árbol de vida; mas la perversidad en ella es quebrantamiento de espíritu.
  5   El necio menosprecia el consejo de su padre; mas el que guarda la corrección, vendrá a ser prudente.
  6   En la casa del justo hay gran provisión; pero hay turbación en las ganancias del impío.
  7   Los labios de los sabios esparcen sabiduría; mas no así el corazón de los necios.
  8   El sacrificio de los impíos es abominación a Jehová; mas la oración de los rectos es su gozo.
  9   Abominación es a Jehová el camino del impío; mas Él ama al que sigue la justicia.
  10   La reprensión es molesta al que abandona el camino; y el que aborreciere la corrección, morirá.
  11   El infierno y la destrucción están delante de Jehová: ¡Cuánto más los corazones de los hombres!
  12   El escarnecedor no ama al que le reprende; ni se junta con los sabios.
  13   El corazón alegre hermosea el rostro; mas por el dolor del corazón el espíritu se abate.
  14   El corazón entendido busca la sabiduría; mas la boca de los necios se alimenta de necedades.
  15   Todos los días del afligido son malos; mas el de corazón contento tiene un banquete continuo.
  16   Mejor es lo poco con el temor de Jehová, que el gran tesoro donde hay turbación.
  17   Mejor es la comida de legumbres donde hay amor, que de buey engordado donde hay odio.
  18   El hombre iracundo suscita contiendas; mas el que tarda en airarse, apacigua la rencilla.
  19   El camino del perezoso es como seto de espinos; mas la vereda de los rectos como una calzada.
  20   El hijo sabio alegra al padre; mas el hombre necio menosprecia a su madre.
  21   La necedad es alegría al falto de entendimiento; mas el hombre entendido camina con rectitud.
  22   Los pensamientos son frustrados donde no hay consejo; mas en la multitud de consejeros se afirman.
  23   Se alegra el hombre con la respuesta de su boca; y la palabra a su tiempo, ¡cuán buena es!
  24   El camino de la vida es hacia arriba al entendido, para apartarse del infierno abajo.
  25   Jehová asolará la casa de los soberbios; mas Él afirmará los linderos de la viuda.
  26   Abominación son a Jehová los pensamientos del malo; mas las palabras de los limpios son agradables.
  27   Alborota su casa el codicioso; mas el que aborrece el soborno vivirá.
  28   El corazón del justo piensa para responder; mas la boca de los impíos derrama malas cosas.
  29   Lejos está Jehová de los impíos; pero Él oye la oración de los justos.
  30   La luz de los ojos alegra el corazón; y la buena noticia engorda los huesos.
  31   El oído que escucha las reprensiones de vida, entre los sabios morará.
  32   El que tiene en poco la disciplina, menosprecia su alma; mas el que escucha la corrección, tiene entendimiento.
  33   El temor de Jehová es enseñanza de sabiduría; y antes de la honra está la humildad.

 
Proverbios 16
 
  1   Del hombre son las disposiciones del corazón; mas de Jehová es la respuesta de la lengua.
  2   Todos los caminos del hombre son limpios en su propia opinión; mas Jehová pesa los espíritus.
  3   Encomienda a Jehová tus obras, y tus pensamientos serán afirmados.
  4   Todas las cosas ha hecho Jehová para sí mismo, y aun al impío para el día malo.
  5   Abominación es a Jehová todo altivo de corazón; aunque esté mano sobre mano, no quedará impune.
  6   Con misericordia y verdad se corrige el pecado; y con el temor de Jehová el hombre se aparta del mal.
  7   Cuando los caminos del hombre son agradables a Jehová, aun a sus enemigos hace estar en paz con él.
  8   Mejor es lo poco con justicia, que la abundancia de frutos sin derecho.
  9   El corazón del hombre piensa su camino; mas Jehová endereza sus pasos.
  10   Oráculo hay en los labios del rey; su boca no yerra en juicio.
  11   Peso y balanzas justas son de Jehová; obra suya son todas las pesas de la bolsa.
  12   Abominación es a los reyes hacer impiedad; porque con justicia será afirmado el trono.
  13   Los labios justos son el contentamiento de los reyes; y aman al que habla lo recto.
  14   La ira del rey es como mensajero de muerte; mas el hombre sabio la aplacará.
  15   En la alegría del rostro del rey está la vida; y su benevolencia es como nube de lluvia tardía.
  16   Mejor es adquirir sabiduría que oro preciado; y adquirir inteligencia vale más que la plata.
  17   El camino de los rectos es apartarse del mal: El que guarda su camino guarda su alma.
  18   Antes del quebrantamiento es la soberbia; y antes de la caída la altivez de espíritu.
  19   Mejor es humillar el espíritu con los humildes, que repartir despojos con los soberbios.
  20   El entendido en la palabra, hallará el bien; y el que confía en Jehová, es bienaventurado.
  21   El sabio de corazón será llamado prudente; y la dulzura de labios aumenta el saber.
  22   Manantial de vida es el entendimiento al que lo posee; mas la instrucción de los necios es necedad.
  23   El corazón del sabio hace prudente su boca; y con sus labios aumenta el saber.
  24   Panal de miel son los dichos suaves; suavidad al alma y medicina a los huesos.
  25   Hay camino que parece derecho al hombre, pero su fin es camino de muerte.
  26   El alma del que trabaja, trabaja para sí; porque su boca le anima.
  27   El hombre perverso excava el mal; y en sus labios hay como llama de fuego.
  28   El hombre perverso siembra discordia; y el chismoso aparta a los mejores amigos.
  29   El hombre malo lisonjea a su prójimo, y le hace andar por camino no bueno:
  30   Cierra sus ojos para pensar perversidades; mueve sus labios, efectúa el mal.
  31   Corona de honra es la vejez, que se halla en el camino de justicia.
  32   Mejor es el que tarda en airarse que el fuerte; y el que domina su espíritu, que el que toma una ciudad.
  33   La suerte se echa en el regazo; mas de Jehová es el juicio de ella.

 
Proverbios 17
 
  1   Mejor es un bocado seco, y en paz, que la casa de contienda llena de víctimas.
  2   El siervo prudente señoreará sobre el hijo que deshonra, y con los hermanos compartirá la herencia.
  3   El crisol para la plata, y la hornaza para el oro; mas Jehová prueba los corazones.
  4   El malo está atento al labio inicuo; y el mentiroso escucha a la lengua detractora.
  5   El que escarnece al pobre, afrenta a su Hacedor; y el que se alegra de la calamidad, no quedará impune.
  6   Corona de los viejos son los nietos; y la gloria de los hijos son sus padres.
  7   No conviene al necio la altilocuencia: ¡Cuánto menos al príncipe el labio mentiroso!
  8   Piedra preciosa es el don a quien lo posee; a dondequiera que se vuelve, prospera.
  9   El que cubre la falta, busca amistad; mas el que la divulga, aparta a los mejores amigos.
  10   Aprovecha la reprensión al hombre entendido, más que cien azotes al necio.
  11   El rebelde no busca sino el mal; y mensajero cruel será enviado contra él.
  12   Mejor es que se encuentre un hombre con una osa a la cual han robado sus cachorros, que con un necio en su necedad.
  13   El que da mal por bien, no se apartará el mal de su casa.
  14   El principio de la discordia es como cuando alguien suelta las aguas; deja, pues, la contienda, antes que se enmarañe.
  15   El que justifica al impío, y el que condena al justo, ambos son igualmente abominación a Jehová.
  16   ¿De qué sirve el precio en la mano del necio para comprar sabiduría, si no tiene el corazón para ello?
  17   En todo tiempo ama el amigo; y el hermano nace para los tiempos de adversidad.
  18   El hombre falto de entendimiento estrecha la mano, y sale por fiador delante de su amigo.
  19   El que ama la prevaricación ama la contienda; y el que mucho abre su puerta, busca la ruina.
  20   El perverso de corazón nunca hallará el bien; y el que tiene lengua perversa, caerá en el mal.
  21   El que engendra al necio, para su tristeza lo engendra; y el padre del necio no tiene alegría.
  22   El corazón alegre es buena medicina; mas el espíritu triste seca los huesos.
  23   El impío toma soborno del seno, para pervertir las sendas del derecho.
  24   En el rostro del entendido aparece la sabiduría; mas los ojos del necio vagan hasta el cabo de la tierra.
  25   El hijo necio es angustia a su padre, y amargura a la que lo engendró.
  26   Ciertamente no es bueno condenar al justo, ni herir a los príncipes que hacen lo recto.
  27   El que reserva sus palabras tiene sabiduría; de excelente espíritu es el hombre entendido.
  28   Aun el necio, cuando calla, es contado por sabio; el que cierra sus labios es entendido.

 
Proverbios 18
 
  1   Según su antojo busca el que se desvía, y se entremete en todo negocio.
  2   No toma placer el necio en la inteligencia, sino en que su corazón se descubra.
  3   Cuando viene el impío, viene también el menosprecio, y con la deshonra, viene la afrenta.
  4   Aguas profundas son las palabras de la boca del hombre; y arroyo que rebosa, la fuente de la sabiduría.
  5   No es bueno tener respeto a la persona del impío, para hacer caer al justo de su derecho.
  6   Los labios del necio entran en contienda; y su boca los azotes llama.
  7   La boca del necio es quebrantamiento para sí, y sus labios son lazos para su alma.
  8   Las palabras del chismoso son como estocadas, y penetran hasta lo más profundo del vientre.
  9   También el que es negligente en su obra, es hermano del hombre disipador.
  10   Torre fuerte es el nombre de Jehová; a Él correrá el justo, y estará a salvo.
  11   Las riquezas del rico son la ciudad fortificada, y como un muro alto en su imaginación.
  12   Antes del quebrantamiento se enaltece el corazón del hombre, y antes de la honra está la humildad.
  13   El que responde palabra antes de oír, le es necedad y vergüenza.
  14   El espíritu del hombre soportará su enfermedad; mas ¿quién soportará al espíritu angustiado?
  15   El corazón del entendido adquiere sabiduría; y el oído de los sabios busca el conocimiento.
  16   El don del hombre le ensancha el camino, y le lleva delante de los grandes.
  17   El primero que aboga por su causa parece ser justo; pero viene su adversario, y lo revela.
  18   La suerte pone fin a los pleitos, y decide entre los poderosos.
  19   El hermano ofendido es más difícil de ganar que una ciudad fuerte, y las contiendas de los hermanos son como cerrojos de alcázar.
  20   Del fruto de la boca del hombre se saciará su vientre; del producto de sus labios será saciado.
  21   La muerte y la vida están en poder de la lengua; y el que la ama comerá de sus frutos.
  22   El que halla esposa halla el bien, y alcanza la benevolencia de Jehová.
  23   El pobre habla con ruegos; mas el rico responde con dureza.
  24   El hombre que tiene amigos, ha de mostrarse amigo; y hay un amigo más cercano que un hermano.

 
Proverbios 19
 
  1   Mejor es el pobre que camina en su integridad, que el de perversos labios y necio.
  2   No es bueno que el alma esté sin conocimiento, y el que se apresura con los pies peca.
  3   La insensatez del hombre tuerce su camino; y contra Jehová se enfurece su corazón.
  4   Las riquezas atraen a muchos amigos, mas el pobre es apartado de su amigo.
  5   El testigo falso no quedará sin castigo; y el que habla mentiras no escapará.
  6   Muchos buscan el favor del príncipe; y todos son amigos del hombre que da.
  7   Todos los hermanos del pobre le aborrecen: ¡Cuánto más sus amigos se alejarán de él! Buscará la palabra, y no la hallará.
  8   El que posee entendimiento, ama su alma; el que guarda la inteligencia, hallará el bien.
  9   El testigo falso no quedará sin castigo; y el que habla mentiras, perecerá.
  10   No conviene al necio el deleite: ¡Cuánto menos al siervo ser señor de los príncipes!
  11   La cordura del hombre detiene su furor; y su honra es pasar por alto la ofensa.
  12   Como el rugido de cachorro de león es la ira del rey; y su favor como el rocío sobre la hierba.
  13   El hijo necio dolor es para su padre; y gotera continua las contiendas de la esposa.
  14   La casa y las riquezas son herencia de los padres; mas la esposa prudente viene de Jehová.
  15   La pereza hace caer en profundo sueño; y el alma negligente padecerá hambre.
  16   El que guarda el mandamiento, guarda su alma: Mas el que menosprecia sus caminos, morirá.
  17   El que se compadece del pobre, a Jehová presta, y lo que ha dado, Él se lo volverá a pagar.
  18   Castiga a tu hijo en tanto que hay esperanza, y no dejes que tu alma se detenga por causa de su llanto.
  19   El hombre de grande ira llevará el castigo; y si tú lo libras, tendrás que volverlo a hacer.
  20   Escucha el consejo, y recibe la corrección, para que seas sabio en tu vejez.
  21   Muchos pensamientos hay en el corazón del hombre; mas el consejo de Jehová permanecerá.
  22   El deseo del hombre es su bondad; y mejor es ser pobre que mentiroso.
  23   El temor de Jehová es para vida; y con él vivirá lleno de reposo el hombre; no será visitado de mal.
  24   El perezoso esconde su mano en el seno; aun a su boca no la llevará.
  25   Hiere al escarnecedor, y el simple se hará avisado; y corrigiendo al entendido, entenderá ciencia.
  26   El que roba a su padre y ahuyenta a su madre, es hijo que causa vergüenza y acarrea deshonra.
  27   Cesa, hijo mío, de oír la enseñanza que te hace divagar de las palabras de sabiduría.
  28   El testigo perverso se burlará del juicio; y la boca de los impíos encubrirá la iniquidad.
  29   Preparados están juicios para los escarnecedores, y azotes para la espalda de los necios.

 
Proverbios 20
 
  1   El vino es escarnecedor, el licor es alborotador; y cualquiera que por ellos yerra, no es sabio.
  2   Como rugido de cachorro de león es el terror del rey; quien lo enfurece, contra su propia alma peca.
  3   Honra es al hombre el apartarse de contienda; mas todo insensato se envolverá en ella.
  4   El perezoso no ara a causa del invierno; mendigará, pues, en la siega, y no hallará.
  5   Como aguas profundas es el consejo en el corazón del hombre; mas el hombre entendido lo alcanzará.
  6   Muchos hombres proclaman cada uno su propia bondad; pero hombre de verdad, ¿quién lo hallará?
  7   El justo camina en su integridad, bienaventurados serán sus hijos después de él.
  8   El rey que se sienta en el trono de juicio, con su mirar disipa todo mal.
  9   ¿Quién podrá decir: Yo he limpiado mi corazón, limpio estoy de mi pecado?
  10   Pesa falsa y medida falsa, ambas cosas son abominación a Jehová.
  11   Aun el muchacho es conocido por sus hechos, si su obra fuere limpia y recta.
  12   El oído que oye, y el ojo que ve, ambas cosas ha hecho Jehová.
  13   No ames el sueño, para que no te empobrezcas; abre tus ojos, y te saciarás de pan.
  14   El que compra dice: Malo es, malo es; pero cuando se marcha, entonces se alaba.
  15   Hay oro y multitud de piedras preciosas; mas los labios sabios son una joya preciosa.
  16   Quítale su ropa al que salió por fiador del extraño; y tómale prenda al fiador de la mujer extraña.
  17   Sabroso es al hombre el pan de mentira; mas después su boca será llena de cascajo.
  18   Los pensamientos con el consejo se ordenan; y con estrategia se hace la guerra.
  19   El que anda en chismes descubre el secreto; no te entremetas, pues, con el que lisonjea con sus labios.
  20   El que maldice a su padre o a su madre, su lámpara será apagada en oscuridad tenebrosa.
  21   La herencia adquirida de prisa al principio, su postrimería no será bendita.
  22   No digas: Yo me vengaré; espera en Jehová, y Él te salvará.
  23   Abominación son a Jehová las pesas falsas; y la balanza falsa no es buena.
  24   De Jehová son los pasos del hombre: ¿Cómo, pues, entenderá el hombre su camino?
  25   Lazo es al hombre el devorar lo santo; y reflexionar después de haber hecho los votos.
  26   El rey sabio dispersa los impíos, y sobre ellos hace rodar la rueda.
  27   Lámpara de Jehová es el espíritu del hombre, que escudriña lo más recóndito del vientre.
  28   Misericordia y verdad guardan al rey; y con clemencia se sustenta su trono.
  29   La gloria de los jóvenes es su fuerza, y la hermosura de los viejos su vejez.
  30   Lo amoratado de las heridas purifican del mal; y las llagas llegan a lo más recóndito del vientre.

 
Proverbios 21
 
  1   El corazón del rey está en la mano de Jehová, como los arroyos de agua, Él lo inclina hacia donde quiere.
  2   Todo camino del hombre es recto en su propia opinión; mas Jehová pesa los corazones.
  3   Hacer justicia y juicio es a Jehová más agradable que sacrificio.
  4   Altivez de ojos, y orgullo de corazón, y el labrar de los impíos, son pecado.
  5   Los pensamientos del diligente ciertamente tienden a la abundancia; mas los del presuroso, de cierto llevan a la pobreza.
  6   Obtener tesoros con lengua de mentira, es vanidad desconcertada de aquellos que buscan la muerte.
  7   La rapiña de los impíos los destruirá; porque rehúsan hacer juicio.
  8   El camino del hombre es torcido y extraño; mas recto es el proceder del puro.
  9   Mejor es vivir en un rincón del terrado, que en espaciosa casa con la mujer rencillosa.
  10   El alma del impío desea el mal: Su prójimo no halla favor a sus ojos.
  11   Cuando el escarnecedor es castigado, el simple se hace sabio; y cuando el sabio es instruido, adquiere conocimiento.
  12   Considera el justo la casa del impío, cómo los impíos son trastornados por el mal.
  13   El que cierra su oído al clamor del pobre; también él clamará, y no será oído.
  14   El presente en secreto pacifica el enojo, y la dádiva en el seno, la fuerte ira.
  15   Alegría es al justo el hacer juicio; mas destrucción vendrá a los que hacen iniquidad.
  16   El hombre que se extravía del camino de la sabiduría, vendrá a parar en la compañía de los muertos.
  17   Hombre necesitado será el que ama el placer; y el que ama el vino y los perfumes no enriquecerá.
  18   El impío será el rescate por el justo, y por los rectos, el prevaricador.
  19   Mejor es morar en tierra del desierto, que con la mujer rencillosa e iracunda.
  20   Tesoro codiciable y aceite hay en la casa del sabio; mas el hombre insensato lo disipa.
  21   El que sigue la justicia y la misericordia, hallará la vida, la justicia y la honra.
  22   El sabio escala la ciudad de los poderosos y derriba la fortaleza en que confiaban.
  23   El que guarda su boca y su lengua, su alma guarda de angustias.
  24   Soberbio, presuntuoso y escarnecedor, es el nombre del que obra con arrogante saña.
  25   El deseo del perezoso le mata, porque sus manos rehúsan trabajar;
  26   Hay quien todo el día codicia; mas el justo da, y no escatima.
  27   El sacrificio de los impíos es abominación: ¡Cuánto más ofreciéndolo con maldad!
  28   El testigo mentiroso perecerá; mas el hombre que escucha, permanecerá en su dicho.
  29   El hombre impío endurece su rostro; mas el recto ordena sus caminos.
  30   No hay sabiduría, ni inteligencia, ni consejo, contra Jehová.
  31   El caballo se prepara para el día de la batalla; pero la victoria viene de Jehová.

 
Proverbios 22
 
  1   De más estima es el buen nombre que las muchas riquezas; y la buena gracia más que la plata y el oro.
  2   El rico y el pobre se encontraron; a todos ellos hizo Jehová.
  3   El avisado ve el mal, y se esconde; mas los simples pasan, y reciben el daño.
  4   Riquezas, honra y vida son la remuneración de la humildad y del temor de Jehová.
  5   Espinas y lazos hay en el camino del perverso; el que guarda su alma se alejará de ellos.
  6   Instruye al niño en el camino que debe andar; y aun cuando fuere viejo no se apartará de él.
  7   El rico se enseñoreará de los pobres; y el que toma prestado es siervo del que presta.
  8   El que sembrare iniquidad, iniquidad segará; y la vara de su ira será consumida.
  9   El ojo misericordioso será bendito, porque da de su pan al necesitado.
  10   Echa fuera al escarnecedor, y saldrá la contienda, y cesará el pleito y la afrenta.
  11   El que ama la pureza de corazón, por la gracia de sus labios el rey será su amigo.
  12   Los ojos de Jehová preservan el conocimiento; mas Él trastorna las palabras de los prevaricadores.
  13   Dice el perezoso: El león está fuera; seré muerto en la calle.
  14   Fosa profunda es la boca de la mujer extraña; aquel contra el cual Jehová estuviere airado, caerá en ella.
  15   La necedad está ligada al corazón del muchacho; mas la vara de la corrección la alejará de él.
  16   El que oprime al pobre para acrecentar su riqueza, y que da al rico, ciertamente vendrá a pobreza.
  17   Inclina tu oído, y oye las palabras de los sabios, y aplica tu corazón a mi sabiduría:
  18   Porque es cosa deliciosa, si las guardares dentro de ti; y si juntamente se afirmaren en tus labios.
  19   Para que tu confianza sea en Jehová, te las he hecho saber hoy a ti también.
  20   ¿No te he escrito cosas excelentes de consejo y conocimiento,
  21   para hacerte saber la certeza de las palabras de verdad, a fin de que puedas responder palabras de verdad a los que a ti envíen?
  22   No robes al pobre, porque es pobre, ni oprimas en la puerta al afligido;
  23   porque Jehová juzgará la causa de ellos, y despojará el alma de aquellos que los despojaren.
  24   No te asocies con el hombre iracundo, ni te acompañes con el hombre furioso;
  25   no sea que aprendas sus maneras, y tomes lazo para tu alma.
  26   No estés entre los que estrechan la mano, entre los que dan fianza por deudas.
  27   Si no tienes para pagar, ¿Por qué han de quitar tu cama de debajo de ti?
  28   No remuevas el término antiguo que pusieron tus padres.
  29   ¿Has visto un hombre diligente en su obra? Delante de los reyes estará; no estará delante de los hombres impíos.

 
Proverbios 23
 
  1   Cuando te sientes a comer con algún gobernante, considera bien lo que está delante de ti;
  2   y pon cuchillo a tu garganta, si tienes gran apetito.
  3   No codicies sus manjares delicados, porque es pan engañoso.
  4   No te afanes por ser rico; sé prudente y desiste.
  5   ¿Has de poner tus ojos en lo que no es nada? Porque las riquezas se harán alas, como alas de águila, y volarán al cielo.
  6   No comas pan de hombre de mal ojo, ni codicies sus manjares;
  7   Porque como piensa en su corazón, así es él. Come y bebe, te dirá; Mas su corazón no está contigo.
  8   Vomitarás la parte que comiste, y perderás tus suaves palabras.
  9   No hables a oídos del necio; porque menospreciará la prudencia de tus palabras.
  10   No remuevas el término antiguo, ni entres en la heredad de los huérfanos:
  11   Porque el defensor de ellos es el Fuerte, el cual juzgará la causa de ellos contra ti.
  12   Aplica tu corazón a la enseñanza, y tus oídos a las palabras de sabiduría.
  13   No rehúses corregir al muchacho; porque si lo castigas con vara, no morirá.
  14   Tú lo castigarás con vara, y librarás su alma del infierno.
  15   Hijo mío, si tu corazón fuere sabio, también a mí se me alegrará el corazón;
  16   Mis entrañas también se alegrarán cuando tus labios hablaren cosas rectas.
  17   No tenga tu corazón envidia de los pecadores, antes persevera en el temor de Jehová todo el tiempo:
  18   Porque ciertamente hay porvenir, y tu esperanza no será cortada.
  19   Oye tú, hijo mío, y sé sabio, y endereza tu corazón al camino.
  20   No estés con los bebedores de vino, ni con los comilones de carne:
  21   Porque el bebedor y el comilón empobrecerán; y el sueño hará que el hombre vista de harapos.
  22   Oye a tu padre, a aquel que te engendró; y cuando tu madre envejeciere, no la menosprecies.
  23   Compra la verdad y no la vendas; la sabiduría, la instrucción y la inteligencia.
  24   Mucho se alegrará el padre del justo; y el que engendra sabio se gozará con él.
  25   Alégrense tu padre y tu madre, y gócese la que te engendró.
  26   Dame, hijo mío, tu corazón, y miren tus ojos por mis caminos.
  27   Porque sima profunda es la ramera, y pozo angosto la extraña.
  28   También ella, como ladrón, acecha, y multiplica entre los hombres los prevaricadores.
  29   ¿Para quién será el ay? ¿Para quién el dolor? ¿Para quién las rencillas? ¿Para quién las quejas? ¿Para quién las heridas en balde? ¿Para quién lo amoratado de los ojos?
  30   Para los que se detienen mucho en el vino, para los que van buscando la mixtura.
  31   No mires al vino cuando rojea, cuando resplandece su color en la copa; Se entra suavemente,
  32   mas al fin como serpiente morderá, y como áspid dará dolor.
  33   Tus ojos mirarán a la mujer extraña, y tu corazón hablará perversidades.
  34   Y serás como el que yace en medio del mar, o como el que está en la punta de un mastelero.
  35   Y dirás: Me hirieron, mas no me dolió; me azotaron, mas no lo sentí; cuando despertare, aún lo volveré a buscar.

 
Proverbios 24
 
  1   No tengas envidia de los hombres malos, ni desees estar con ellos;
  2   porque su corazón trama violencia, e iniquidad hablan sus labios.
  3   Con sabiduría se edifica la casa, y con prudencia se afirma;
  4   y con inteligencia se llenarán las cámaras de todo bien preciado y agradable.
  5   El hombre sabio es fuerte; y de pujante vigor el hombre docto.
  6   Porque con estrategia harás la guerra; y la victoria está en la multitud de consejeros.
  7   La sabiduría está muy alta para el necio; en la puerta no abrirá él su boca.
  8   Al que piensa hacer el mal, le llamarán hombre de malos pensamientos.
  9   El pensamiento del necio es pecado; y abominación a los hombres el escarnecedor.
  10   Si flaqueares en el día de adversidad, tu fuerza será reducida.
  11   Si dejares de librar a los que son llevados a la muerte, y a los que son llevados al matadero.
  12   Si dijeres: Ciertamente no lo supimos; ¿Acaso no lo entenderá el que pesa los corazones, el que mira por tu alma? ¿ No dará Él a cada hombre según sus obras?
  13   Come, hijo mío, de la miel, porque es buena, y del panal que es dulce a tu paladar:
  14   Así será a tu alma el conocimiento de la sabiduría; si la hallares tendrá recompensa, y al fin tu esperanza no será cortada.
  15   Oh impío, no aceches la tienda del justo, no saquees su cámara;
  16   porque siete veces cae el justo, y vuelve a levantarse; mas los impíos caerán en el mal.
  17   Cuando cayere tu enemigo, no te regocijes; y cuando tropezare, no se alegre tu corazón;
  18   no sea que Jehová lo mire, y le desagrade, y aparte de sobre él su enojo.
  19   No te impacientes a causa de los malignos, ni tengas envidia de los impíos;
  20   porque para el malo no habrá buen fin, y la lámpara de los impíos será apagada.
  21   Teme a Jehová, hijo mío, y al rey; no te entremetas con los que son inestables;
  22   porque su calamidad surgirá de repente; y la ruina de ambos, ¿quién la sabrá?
  23   También estas cosas pertenecen a los sabios. Tener acepción de personas en el juicio no es bueno.
  24   El que dijere al malo: Justo eres, los pueblos lo maldecirán, y le detestarán las naciones;
  25   mas los que lo reprenden, serán apreciados, y sobre ellos vendrá gran bendición.
  26   Besados serán los labios del que responde palabras rectas.
  27   Prepara tus labores fuera, y disponlas en tu campo; y después edificarás tu casa.
  28   No seas sin causa testigo contra tu prójimo; y no lisonjees con tus labios.
  29   No digas: Como me hizo, así le haré; Pagaré al hombre según su obra.
  30   Pasé junto al campo del perezoso, y junto a la viña del hombre falto de entendimiento;
  31   y vi que por toda ella habían crecido espinos, ortigas habían ya cubierto su faz, y su cerca de piedra estaba ya destruida.
  32   Y miré, y lo puse en mi corazón; lo vi, y recibí instrucción.
  33   Un poco de sueño, cabeceando otro poco, poniendo mano sobre mano otro poco para dormir;
  34   Así vendrá como caminante tu necesidad, y tu pobreza como hombre armado.

 
Proverbios 25
 
  1   También éstos son proverbios de Salomón, los cuales copiaron los varones de Ezequías, rey de Judá.
  2   Gloria de Dios es ocultar un asunto; Pero honra del rey es escudriñarlo.
  3   La altura de los cielos, y la profundidad de la tierra y el corazón de los reyes, son inescrutables.
  4   Quita las escorias de la plata, y saldrá vaso al fundidor.
  5   Aparta al impío de la presencia del rey, y su trono se afirmará en justicia.
  6   No te alabes delante del rey, ni estés en el lugar de los grandes:
  7   Porque mejor es que se te diga: Sube acá, y no que seas humillado delante del príncipe a quien tus ojos han visto.
  8   No entres apresuradamente en pleito, no sea que no sepas qué hacer al fin, después que tu prójimo te haya avergonzado.
  9   Trata tu causa con tu compañero y no descubras el secreto a otro.
  10   No sea que te deshonre el que lo oyere, y tu infamia no pueda repararse.
  11   Manzana de oro con figuras de plata es la palabra dicha oportunamente.
  12   Como zarcillo de oro y joyel de oro fino, es el que reprende al sabio que tiene oído dócil.
  13   Como frío de nieve en tiempo de la siega, así es el mensajero fiel a los que lo envían; pues al alma de su señor da refrigerio.
  14   Como nubes y vientos sin lluvia, así es el hombre que se jacta de falsa liberalidad.
  15   Con larga paciencia se aplaca el príncipe; y la lengua blanda quebranta los huesos.
  16   ¿Hallaste la miel? Come lo que te basta; no sea que te hartes de ella y la vomites.
  17   Detén tu pie de la casa de tu vecino, no sea que se harte de ti y te aborrezca.
  18   Martillo y cuchillo y saeta aguda, es el hombre que habla contra su prójimo falso testimonio.
  19   Diente quebrado y pie descoyuntado, es la confianza en el hombre infiel en el tiempo de angustia.
  20   El que canta canciones al corazón afligido, es como el que quita la ropa en tiempo de frío, o el que sobre el jabón echa vinagre.
  21   Si el que te aborrece tuviere hambre, dale de comer pan; y si tuviere sed, dale de beber agua:
  22   Porque ascuas amontonarás sobre su cabeza, y Jehová te lo pagará.
  23   El viento del norte ahuyenta la lluvia, y el rostro airado la lengua detractora.
  24   Mejor es estar en un rincón del terrado, que con la mujer rencillosa en espaciosa casa.
  25   Como el agua fría al alma sedienta, así son las buenas nuevas de lejanas tierras.
  26   Como fuente turbia y manantial corrompido, es el justo que cae delante del impío.
  27   Comer mucha miel no es bueno; ni el buscar la propia gloria es gloria.
  28   Como ciudad derribada y sin muro, es el hombre cuyo espíritu no tiene rienda.

 
Proverbios 26
 
  1   Como la nieve en el verano, y la lluvia en la siega, así no conviene al necio la honra.
  2   Como el gorrión en su vagar, y como la golondrina en su vuelo, así la maldición nunca vendrá sin causa.
  3   El látigo para el caballo, y el cabestro para el asno, y la vara para la espalda del necio.
  4   No respondas al necio conforme a su necedad, para que no seas tú también como él.
  5   Responde al necio según su necedad, para que no se estime sabio en su propia opinión.
  6   El que envía mensaje por mano de un necio, se corta los pies y bebe su daño.
  7   Las piernas del lisiado, penden inútiles; así el proverbio en la boca del necio.
  8   Como quien liga la piedra en la honda, así hace el que al necio da honra.
  9   Espinas hincadas en mano del embriagado, tal es el proverbio en la boca de los necios.
  10   El grande Dios que creó todas las cosas; da la paga al insensato, y da la paga a los transgresores.
  11   Como perro que vuelve a su vómito, así es el necio que repite su necedad.
  12   ¿Has visto hombre sabio en su propia opinión? Más esperanza hay del necio que de él.
  13   Dice el perezoso: El león está en el camino; el león está en las calles.
  14   Como la puerta gira sobre sus quicios; así el perezoso da vueltas en su cama.
  15   Esconde el perezoso su mano en su seno; se cansa de llevarla a su boca.
  16   En su propia opinión el perezoso es más sabio que siete que pueden aconsejar.
  17   El que pasando se deja llevar de la ira en pleito ajeno, es como el que toma al perro por las orejas.
  18   Como el que enloquece, y echa llamas y saetas y muerte,
  19   tal es el hombre que engaña a su amigo, y dice: ¿Acaso no estaba yo bromeando?
  20   Sin leña se apaga el fuego; y donde no hay chismoso, cesa la contienda.
  21   El carbón para brasas, y la leña para el fuego; y el hombre rencilloso para encender contienda.
  22   Las palabras del chismoso son como estocadas, y penetran hasta lo más profundo del vientre.
  23   Como escoria de plata echada sobre el tiesto, son los labios enardecidos y el corazón malo.
  24   El que odia, disimula con sus labios; pero en su interior maquina engaño.
  25   Cuando hablare amigablemente, no le creas; porque siete abominaciones hay en su corazón.
  26   Aunque su odio es encubierto con disimulo; su maldad será descubierta en la congregación.
  27   El que cavare foso, caerá en él: y el que ruede la piedra, ésta volverá a él.
  28   La lengua mentirosa aborrece a los afligidos; y la boca lisonjera acarrea ruina.

 
Proverbios 27
 
  1   No te jactes del día de mañana; porque no sabes qué traerá el día.
  2   Que te alaben otros, y no tu boca; el ajeno, y no tus labios.
  3   Pesada es la piedra, y la arena pesa; mas la ira del necio es más pesada que ambas cosas.
  4   Cruel es la ira, e impetuoso el furor; mas ¿quién podrá sostenerse delante de la envidia?
  5   Mejor es reprensión manifiesta que amor oculto.
  6   Fieles son las heridas del que ama; pero engañosos son los besos del que aborrece.
  7   El hombre saciado desprecia el panal de miel; pero al hombre hambriento todo lo amargo es dulce.
  8   Cual ave que se va de su nido, tal es el hombre que se va de su lugar.
  9   El ungüento y el perfume alegran el corazón; y el amigo al hombre con el cordial consejo.
  10   No abandones a tu amigo, ni al amigo de tu padre; ni entres en casa de tu hermano el día de tu aflicción. Mejor es el vecino cerca que el hermano lejos.
  11   Sé sabio, hijo mío, y alegra mi corazón, y tendré qué responder al que me agravie.
  12   El avisado ve el mal, y se esconde, mas los simples pasan, y llevan el daño.
  13   Quítale su ropa al que salió fiador por el extraño; y al que fió por la extraña, tómale prenda.
  14   El que bendice a su amigo en alta voz, madrugando de mañana, por maldición se le contará.
  15   Gotera continua en tiempo de lluvia, y la mujer rencillosa, son semejantes:
  16   El que puede contenerla, puede contener el viento; o el aceite en su mano derecha.
  17   Hierro con hierro se aguza; así el hombre aguza el rostro de su amigo.
  18   El que cuida la higuera, comerá su fruto; y el que atiende a su señor, será honrado.
  19   Como en el agua el rostro corresponde al rostro, así el corazón del hombre al del hombre.
  20   El infierno y la perdición nunca se hartan: Así los ojos del hombre nunca se sacian.
  21   El crisol prueba la plata, y la hornaza el oro; y al hombre la boca del que lo alaba.
  22   Aunque majes al necio en un mortero entre granos de trigo majados con el pisón, no se apartará de él su necedad.
  23   Considera atentamente el aspecto de tus ovejas; pon tu corazón a tus rebaños:
  24   Porque las riquezas no son para siempre; ¿acaso perdurará la corona por todas las generaciones?
  25   Sale la grama, aparece la hierba, y siegan las hierbas de los montes.
  26   Los corderos son para tus vestiduras, y los cabritos son el precio del campo;
  27   Y habrá suficiente leche de las cabras para tu mantenimiento, y para el mantenimiento de tu casa, y para el sustento de tus criadas.

 
Proverbios 28
 
  1   Huye el impío sin que nadie lo persiga: Mas el justo está confiado como un león.
  2   Por la rebelión de la tierra sus príncipes son muchos: Mas por el hombre entendido y sabio permanecerá estable.
  3   El hombre pobre que oprime al pobre, es como lluvia torrencial que no deja pan.
  4   Los que abandonan la ley, alaban a los impíos; mas los que la guardan, contenderán con ellos.
  5   Los hombres malos no entienden el juicio; mas los que buscan a Jehová, entienden todas las cosas.
  6   Mejor es el pobre que camina en su integridad, que el de perversos caminos, y rico.
  7   El que guarda la ley es hijo prudente; mas el que es compañero de glotones, avergüenza a su padre.
  8   El que aumenta sus riquezas con usura y crecido interés, para el que se compadece de los pobres las aumenta.
  9   El que aparta su oído para no oír la ley, su oración también es abominable.
  10   El que hace errar a los rectos por el mal camino, él caerá en su misma fosa; mas los íntegros heredarán el bien.
  11   El hombre rico es sabio en su propia opinión; mas el pobre entendido lo examinará.
  12   Cuando los justos se alegran, grande es la gloria; mas cuando los impíos se levantan, los hombres se esconden.
  13   El que encubre sus pecados, no prosperará: Mas el que los confiesa y se aparta alcanzará misericordia.
  14   Bienaventurado el hombre que siempre teme; mas el que endurece su corazón, caerá en mal.
  15   León rugiente y oso hambriento, es el príncipe impío sobre el pueblo pobre.
  16   El príncipe falto de entendimiento multiplicará los agravios; mas el que aborrece la avaricia, prolongará sus días.
  17   El hombre que hace violencia con sangre de persona, huirá hasta la fosa, y nadie le detendrá.
  18   El que en integridad camina, será salvo; mas el de perversos caminos caerá en alguno.
  19   El que labra su tierra, se saciará de pan; mas el que sigue a los ociosos, se hartará de pobreza.
  20   El hombre de verdad tendrá muchas bendiciones; mas el que se apresura a enriquecerse, no será sin culpa.
  21   Hacer acepción de personas, no es bueno. Hasta por un bocado de pan prevaricará el hombre.
  22   El hombre de mal ojo se apresura a ser rico; y no sabe que le ha de venir pobreza.
  23   El que reprende al hombre, hallará después mayor gracia que el que lisonjea con la lengua.
  24   El que roba a su padre o a su madre, y dice que no es maldad, compañero es del hombre destruidor.
  25   El altivo de ánimo suscita contiendas; mas el que confía en Jehová, será prosperado.
  26   El que confía en su propio corazón es necio; mas el que camina en sabiduría, será librado.
  27   El que da al pobre, no tendrá pobreza; mas el que aparta sus ojos, tendrá muchas maldiciones.
  28   Cuando los impíos se levantan, se esconde el hombre; mas cuando perecen, los justos se multiplican.

 
Proverbios 29
 
  1   El hombre que reprendido muchas veces endurece su cerviz, de repente será quebrantado, y no habrá para él remedio.
  2   Cuando los justos están en autoridad, el pueblo se alegra; mas cuando gobierna el impío, el pueblo gime.
  3   El hombre que ama la sabiduría alegra a su padre; mas el que mantiene rameras desperdiciará sus bienes.
  4   El rey con el juicio afirma la tierra; mas el que acepta el soborno la destruye.
  5   El hombre que lisonjea a su prójimo, red tiende delante de sus pasos.
  6   En la transgresión del hombre malo hay lazo; mas el justo cantará y se alegrará.
  7   Conoce el justo la causa de los pobres; mas el impío no entiende sabiduría.
  8   Los hombres escarnecedores agitan la ciudad; mas los sabios apartan la ira.
  9   Si el hombre sabio contendiere con el necio, que se enoje o que se ría, no tendrá reposo.
  10   Los hombres sanguinarios aborrecen al íntegro; mas los rectos procuran por su alma.
  11   El necio da rienda suelta a toda su ira; mas el sabio al fin la sosiega.
  12   Si un gobernante presta atención a la palabra mentirosa, todos sus servidores serán impíos.
  13   El pobre y el usurero se encontraron; Jehová alumbra los ojos de ambos.
  14   El rey que juzga con verdad a los pobres, su trono será firme para siempre.
  15   La vara y la corrección dan sabiduría; mas el muchacho consentido avergonzará a su madre.
  16   Cuando los impíos se multiplican, aumenta la transgresión; mas los justos verán la ruina de ellos.
  17   Corrige a tu hijo, y te dará descanso, y dará deleite a tu alma.
  18   Donde no hay visión el pueblo perece; mas el que guarda la ley, es bienaventurado.
  19   El siervo no se corregirá con palabras; porque aunque entienda, no responderá.
  20   ¿Has visto hombre ligero en sus palabras? Más esperanza hay del necio que de él.
  21   El que con cuidado cría a su siervo desde su niñez; a la postre éste vendrá a ser su hijo:
  22   El hombre iracundo levanta contiendas; y el furioso muchas veces peca.
  23   La soberbia del hombre le abate; pero al humilde de espíritu sustenta la honra.
  24   El cómplice del ladrón aborrece su propia alma; pues oye la maldición, y no lo denuncia.
  25   El temor del hombre pondrá lazo; mas el que confía en Jehová será exaltado.
  26   Muchos buscan el favor del príncipe; mas de Jehová viene el juicio de cada uno.
  27   El hombre inicuo es abominación a los justos; y el de caminos rectos es abominación al impío.

 
Proverbios 30
 
  1   Palabras de Agur, hijo de Jaqué: La profecía que dijo el varón a Itiel, a Itiel y a Ucal.
  2   Ciertamente más rudo soy yo que ninguno, y no tengo entendimiento de hombre.
  3   Yo ni aprendí sabiduría, ni tengo el conocimiento del Santo.
  4   ¿Quién subió al cielo, y descendió? ¿Quién encerró los vientos en sus puños? ¿Quién ató las aguas en un paño? ¿Quién afirmó todos los términos de la tierra? ¿Cuál es su nombre, y el nombre de su Hijo, si lo sabes?
  5   Toda palabra de Dios es pura; es escudo a los que en Él esperan.
  6   No añadas a sus palabras, no sea que Él te reprenda, y seas hallado mentiroso.
  7   Dos cosas te he demandado. No me las niegues antes que muera.
  8   Vanidad y palabra mentirosa aparta de mí. No me des pobreza ni riquezas; mantenme del pan necesario;
  9   No sea que me sacie, y te niegue, y diga: ¿Quién es Jehová? O que siendo pobre, hurte, y blasfeme el nombre de mi Dios.
  10   No acuses al siervo ante su señor, no sea que te maldiga, y seas hallado culpable.
  11   Hay generación que maldice a su padre, y a su madre no bendice.
  12   Hay generación limpia en su propia opinión, si bien no se ha limpiado de su inmundicia.
  13   Hay generación cuyos ojos son altivos, y cuyos párpados son alzados.
  14   Hay generación cuyos dientes son espadas, y sus muelas cuchillos, para devorar a los pobres de la tierra, y a los menesterosos de entre los hombres.
  15   La sanguijuela tiene dos hijas que dicen: Dame, dame. Tres cosas hay que nunca se sacian; aun la cuarta nunca dice: ¡Basta!
  16   El sepulcro, la matriz estéril, la tierra que no se sacia de aguas, y el fuego que jamás dice: ¡Basta!
  17   El ojo que escarnece a su padre, y menosprecia la enseñanza de su madre, los cuervos del valle lo saquen, y lo traguen los aguiluchos.
  18   Tres cosas me son ocultas; aun tampoco sé la cuarta:
  19   El rastro del águila en el aire; el rastro de la culebra sobre la peña; el rastro de la nave en medio del mar; y el rastro del hombre en la doncella.
  20   Tal es el proceder de la mujer adúltera: Come, y limpia su boca, y dice: No he hecho maldad.
  21   Por tres cosas se alborota la tierra, y la cuarta no la puede soportar.
  22   Por el siervo cuando reina; y por el necio cuando se harta de pan;
  23   Por la mujer aborrecida cuando se casa; y por la sierva cuando hereda a su señora.
  24   Cuatro cosas son de las más pequeñas de la tierra, y las mismas son más sabias que los sabios:
  25   Las hormigas, pueblo no fuerte, y en el verano preparan su comida:
  26   Los conejos, pueblo nada esforzado, y ponen su casa en la piedra:
  27   Las langostas, que no tienen rey, y salen todas por cuadrillas:
  28   La araña que atrapa con las manos, y está en palacios de rey.
  29   Tres cosas hay de hermoso andar, y la cuarta pasea muy bien:
  30   El león, fuerte entre todos los animales, que no vuelve atrás por nada:
  31   El lebrel ceñido de lomos; asimismo el macho cabrío; y un rey contra el cual ninguno se levanta.
  32   Si neciamente te has enaltecido; y si mal pensaste, pon la mano sobre tu boca.
  33   Ciertamente el que bate la leche, sacará mantequilla; y el que recio se suena la nariz, sacará sangre; y el que provoca la ira, causará contienda.

 
Proverbios 31
 
  1   Palabras del rey Lemuel; la profecía con que le enseñó su madre.
  2   ¿Qué, hijo mío? ¿Y qué, hijo de mi vientre? ¿Y qué, hijo de mis votos?
  3   No des a las mujeres tu fuerza, ni tus caminos a lo que es para destruir a los reyes.
  4   No es de los reyes, oh Lemuel, no es de los reyes beber vino, ni de los príncipes el licor.
  5   No sea que bebiendo olviden la ley, y perviertan el derecho de todos los hijos afligidos.
  6   Dad licor al desfallecido, y el vino a los de ánimo amargado.
  7   Beban, y olvídense de su necesidad, y de su miseria no se acuerden más.
  8   Abre tu boca por el mudo, en el juicio de todos los que están destinados a la muerte.
  9   Abre tu boca, juzga con justicia, y defiende el derecho del pobre y del menesteroso.
  10   Mujer virtuosa, ¿quién la hallará? Porque su estima sobrepasa largamente a la de piedras preciosas.
  11   El corazón de su marido está en ella confiado, y no tendrá necesidad de despojo.
  12   Le dará ella bien y no mal, todos los días de su vida.
  13   Busca lana y lino, y con voluntad trabaja con sus manos.
  14   Es como navío de mercader; trae su pan de lejos.
  15   Se levanta aun de noche, y da comida a su familia, y ración a sus criadas.
  16   Considera la heredad, y la compra; y planta viña del fruto de sus manos.
  17   Ciñe de fortaleza sus lomos, y esfuerza sus brazos.
  18   Ve que su ganancia es buena: Su lámpara no se apaga de noche.
  19   Aplica su mano al huso, y sus manos toman la rueca.
  20   Extiende su mano al pobre, y tiende su mano al menesteroso.
  21   No tiene temor de la nieve por su familia, porque toda su familia está vestida de ropas dobles.
  22   Ella se hace tapices; de lino fino y púrpura es su vestido.
  23   Conocido es su marido en las puertas, cuando se sienta con los ancianos de la tierra.
  24   Hace telas y las vende; y provee de cintos al mercader.
  25   Fuerza y honor son su vestidura; y se regocijará en el día postrero.
  26   Abre su boca con sabiduría; y la ley de misericordia está en su lengua.
  27   Considera los caminos de su casa, y no come el pan de balde.
  28   Se levantan sus hijos, y la llaman bienaventurada; y su marido también la alaba.
  29   Muchas mujeres han sido virtuosas; pero tú las sobrepasas a todas.
  30   Engañosa es la gracia, y vana la hermosura: La mujer que teme a Jehová, ésa será alabada.
  31   Dadle del fruto de sus manos, y alábenla en las puertas sus hechos.